viernes, 15 de julio de 2016

II 06 LADISLAO JOSÉ BIRO: Inventor del Bolígrafo



En Argentina, desde el año 1990, y por iniciativa de la EAI (Escuela Argentina de Inventores) el 29 de septiembre se festeja el Día del Inventor –el que halla o descubre algo nuevo o no conocido-, en homenaje al nacimiento de László József Bíró, conocido como Ladislao José Biro, periodista e inventor judío, nacionalizado argentino, de origen húngaro, que nació en la ciudad de Budapest, en esa misma fecha, pero del año de 1899.
Y es que Biro es para los argentinos es el paradigma del "inventor profesional" comprometido con su rol social a favor del progreso de la humanidad. Ladislao fue un explorador de lo desconocido, con la curiosidad insaciable de un niño, la visión de un artista, el juicio crítico de un buen juez, y la voluntad de un guerrero. Pintor, periodista e investigador incansable, Biro ha sido, y lo sigue siendo hoy en día, un arquetipo fundamental para los inventores de todo el mundo. Entre sus numerosos inventos, realizó un total de 32, el "birome”-bolígrafo- es el que más prestigio, reconocimiento y éxito económico le produjo a nivel mundial.

Nació en el seno de una familia judía de clase media, constituido por un matrimonio y dos hijos, el era el hermano menor; con tan solo 16 años, participó como soldado en la primera guerra mundial. Su formación fue en la escuela primaria y después el gimnasio-equivalente en nuestro medio a la secundaria y al bachillerato-, con una orientación hacia las ciencias biológicas, la filosofía y el latín. Una vez concluido el gimnasio realizó el primer año en la carrera de medicina. Ladislao fue el primero que empezó, en Hungría, a ocuparse muy exitosamente de todo lo relacionado con el hipnotismo. A partir de entonces fue muy solicitado. Fue inspector de aduana, vendedor y corredor de automóviles, agente de bolsa e inventor.

Contrajo matrimonio con Elsa Isabel Schick, en 1930, año en que inventó una máquina para lavar ropa, Pero su primer invento fue una lapicera a fuente, que debía llenarse con agua, y que cubría a una composición sólida de anilinas, que se van disolviendo parcialmente a medida que corre el agua. Este invento lo había realizado algunos años antes (en 1928) inspirado en los trabajos que había realizado su padre, sin mayor éxito, con un instrumento para escribir a mitad de camino entre las lapiceras convencionales y lo que, con el correr de los años, llegaría a ser el bolígrafo.

En 1932 nace su única hija, a quien llamaría Mariana. A los 33 años ya había inventado la caja automática para automóviles, gracias a la ayuda de un amigo gitano que era un excelente mecánico, y juntos llevaron a la práctica lo que Biro había concebido sobre un papel.

En 1938 patentó en Hungría, Francia y Suiza un modelo rudimentario del bolígrafo-que no comercializó-, su idea surgió debido a que la tinta de su lapicera se secaba, por lo que se preguntó ¿cómo se podría hacer algo más simple para escribir?, y de este razonamiento surgió el bolígrafo, que consistía en una bola de acero en la punta de un cilindro lleno de tinta especial, que bajaba por acción de la gravedad y se secaba enseguida sobre el papel. Al bajar la tinta, impregnaba a la bola de acero, permitiendo el fluir de la tinta sobre el papel.

Ese mismo año, ya se encontraba trabajando como reportero de un periódico húngaro, en Yugoslavia; en determinado momento escribió una nota sobre un escritorio de la entrada del hotel dónde estaba hospedado, con un primitivo modelo de bolígrafo que a veces funcionaba y otras veces no. A su lado se encontraba maravillado un hombre, que se interesó en el instrumento, invitándolo a Argentina a comercializar su invento, por lo que le dejó su tarjeta personal firmada, por si alguna vez decidiera viajar al importante país sudamericano. Ese hombre era el presidente Agustín Pedro Justo Rolón-23er Presidente de la Nación Argentina, durante el período 1932-1938, quien murió en 1943 a los 66 años de edad-.

Luego de su estadía en Yugoslavia, se dirigió a París, Francia, donde trabajó como periodista y pintor; debido a que un amigo le había brindado los datos de un financista también húngaro que residía en París, y que se dedicaba a los negocios de importación y exportación. Luego de un azaroso viaje en tren, llegó a París y se traslado de inmediato a la dirección que debía buscar. Así fue como conoció a Juan Jorge Meyne, con quién desarrollaría una profunda amistad, y con quién se asociaría para la producción del bolígrafo.

Cuando los alemanes nazis invadieron Francia en 1940, se vio forzado a huir, recordando la invitación que le habían extendido en Belgrado, Yugoslavia-hoy Servia-, emigró a Argentina, viajando junto a Meyne, su esposa y su hija Mariana; en un barco español llamado Sevilla y luego de 21 días de viaje, llegaron a Buenos Aires, a mediados del mes de mayo de 1940, cuando Argentina estaba gobernada por Jaime Gerardo Roberto Marcelina María Ortiz.
Inmediatamente, en junio de 1940, junto con su socio Meyne y su hermano Jorge funda la compañía de bajo presupuesto, Biro Meyne Biro, estableciéndose en un garaje con 40 operarios, en donde dedica seis años para perfeccionar su invento, que cuando se comenzó a promocionar lo llamaban esferográfica y cuando fue lanzado al mercado, su nombre comercial fue Birome (acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne).

Ya nacionalizado argentino, en 1942 logra conseguir apoyo financiero de Luis Lang y Henry Martin, pero a finales de 1943 los financistas decidieron no dar más dinero, por lo que casi quiebra; emergiendo entonces su liderazgo y carisma, pues ante la imposibilidad de pagarles sus sueldos, propuso a los 31 empleados, que los que quisieran quedarse, recibirían sus salarios retroactivos al triunfar el producto, patentado ese mismo año, los 31 trabajadores aceptaron el desafío y por suerte de ellos, el producto pudo ser industrializado y comercializado, recibiendo su pago total.

La célebre birome fue precedida por los modelos Eterpen y el Stratopen. En sus comienzos este nuevo instrumento de escritura costaba entre 80 y 100 dólares, lo que hacía a la birome prácticamente inaccesible para los salarios medios de entonces. Biro anhelaba popularizar su invento. Lo hizo el tiempo: ahora son artículos de muy bajo costo.

En 1944 licenció su invento a Evershap-Faber, de los Estados Unidos, en la extraordinaria suma de dos millones de dólares, sin embargo, Biro no patentó la birome en EEUU lo que provocó una dura batalla entre competidores por su explotación comercial. En ese mismo año el norteamericano Milton Reynolds desarrolló su propio modelo y el austriaco Franz Seech inventó la tinta que se seca al contacto con el aire, la cual fue comercializada con el nombre de "paper mate".

En 1951, cede los derechos del popular invento, a Marcel Bich, de Francia (fabricante de los bolígrafos Bic), que previamente había desarrollado un modelo de bolígrafo de costo llamativo, al que denominó ballpoints, con lo que se posesionó del mercado americano.

Aunque la birome le dio reconocimiento y fama mundial, a lo largo de su vida desarrolló muchos otros inventos, algunos de los cuales se han vuelto muy populares, entre otros: caja automática del auto, cerradura inviolable, termógrafo clínico, perfumero de bolita-usando el mismo principio del bolígrafo, dio origen a los desodorantes de bolita-, dispositivo para obtener energía de las olas del mar, boquilla para cigarrillos con carbón activado y la aplicación práctica del principio de sustentación magnética para trenes-posteriormente implementado en Japón-.



Sus últimos años los vivió en el elegante barrio de Belgrano de la capital argentina, en donde en 1981 comienza a trabajar en su postrer invento, el enriquecimiento del uranio, que no pudo concluir, pues a los 86 años de edad, falleció en el Hospital Alemán de Buenos Aires, en noviembre de 1985.

La vida del polifacético Biro fue absolutamente exitosa, pues al margen de su gran inventiva, sobrevivió 86 años al sombrío pronostico del médico que lo trajo al mundo en Hungría, cuando por su muy bajo peso al nacer, menos de dos kilogramos, dijo a la madre, que sus posibilidades de vida, no eran muchas.

sábado, 9 de julio de 2016

II 05 DENNIS ANTHONY TITO: Primer turista espacial.





Sus familiares y amigos estaban convencidos, que por su avanzada edad y muy buena posición económica, el neoyorkino Tito, residente de Santa Mónica California, había olvidado su sueño juvenil de viajar al espacio, pero no fue así, ya que contrario a John W. Marriot, que al morir tenía un pantalón desgastado con pocos dólares en el bolsillo o Ingvar Kamprad, que siendo multimillonario le ha temblado el pulso para adquirir un automóvil nuevo, Dennis Anthony no dudó nunca en gastar el 10% de su fortuna para costearse el viaje de su vida y pasar a los anales de la historia como el primer turista espacial.

El millonario estadounidense nació en el seno de una familia italiana emigrante de poca educación, en Forest Hills, Queens, Nueva York en agosto de 1940, su padre era empleado de una imprenta, y su madre costurera. Fue un excelente estudiante, que desde niño orientó su vocación a lo espacial; a los 17 años cuando contempló por televisión el lanzamiento del Sputnik I soviético, que sería el primer satélite colocado en órbita, acarició el sueño de convertirse en astronauta, pero su anhelo se frustró desde sus años juveniles hasta la edad adulta.

En 1962 se graduó de Ingeniero en Astronáutica y Aeronáutica por la Universidad de Nueva York y alcanzó una Maestría en Ingeniería Científica en 1964 en el Rensseleaer Polytechnic Institute de Troy, Nueva York. Su brillante expediente académico le permitió entrar a trabajar en el Jet Propulsión Laboratory (JPL) en Pasadena, California como ingeniero de la NASA (National Aeronautics and Space Administration), participando cinco años en los proyectos de las sondas espaciales Mariner IV, V y IX. Su trabajo específico consistía en calcular las trayectorias de las sondas.

Al iniciar los años setenta dedicó su tiempo a las finanzas, como consultor en Wall Street, trabajo que le convirtió en un hombre acaudalado; aún así, a principios de 1972 fue reclamado de nuevo por la NASA para desarrollar nuevos cálculos en el análisis de riesgos de despegue de cohetes. A fines de ese año, decidió hacerse multimillonario, creando y fundando en Santa Mónica, California, una empresa de inversiones que nombró Wilshire Associates.

En 2001 administraba un fondo y contaba con unos trescientos clientes fijos. Antes de cumplir los cuarenta años, ya había ingresado su primer millón de dólares. En aquella época fue gerente de la Ópera de Los Ángeles y director de la Comisión de Agua y Energía de la misma ciudad. Se integró además en el Partido Republicano, donde se le asignó la función de recaudar fondos para las campañas electorales. Experto e investigador en mercados de riesgo, es mentor del índice bursátil Wilshire 5000, uno de los más relevantes para el seguimiento de la actividad bursátil y de las tendencias de la economía.

Desde 1990 empezó a mostrar un deseo especial de viajar al espacio; en 1991, durante un viaje de negocios a la Unión Soviética, se interesó por el llamado «programa de invitados», un plan para llevar civiles a la estación espacial Mir. Su sueño se vino abajo con la caída de Mijail Gorbachov y la consiguiente desmembración de la Unión Soviética. Sin embargo, en 2000, MirCorp, una sociedad holandesa que intentaba comercializar el acceso de civiles a la estación espacial rusa Mir, llegó a un acuerdo firmado con Tito, cuyo anhelo se vio de nuevo frustrado por la decisión de desmantelar cuanto antes la estación construida quince años antes, en la medida que su órbita estaba decayendo.

Fallido el viaje a la Mir, los rusos le prometieron que lo llevarían a la estación Alpha. El módulo Alpha de la Estación Espacial Internacional (ISS) estaba habitado desde el 2 de noviembre de 2000 por tres cosmonautas, el ruso Yuri Usachev y los estadounidenses James Voss y Susan Helmes. La ISS es un proyecto en el que participan 16 países, con Estados Unidos como principal socio inversor.

A última hora la NASA se opuso frontalmente a su deseo de viajar a la ISS en una nave rusa, sin embargo, Tito, haciendo caso omiso de las críticas que aparecían en los medios de comunicación estadounidenses, siguió durante varios meses su metódica preparación en el centro de entrenamiento de cosmonautas de Zvyozdny Gorodok (Ciudad de las Estrellas) en el Noroeste de Moscú. El Empeño de Tito, la ayuda que le prestó en las negociaciones con la NASA su gran amigo el ex astronauta Edwin Aldrin y, sobre todo, la suculenta suma de dinero que acordó pagar a los rusos (20 millones de dólares) allanaron todos los obstáculos, y la agencia espacial estadounidense alcanzó un principio de acuerdo con la agencia espacial rusa Rosaviakosmos (RKA).

Su sueño de viajar rumbo a las estrellas fue posible el 28 de abril de 2001 a las 7:37 GMT, a bordo del Soyuz TM-32, lanzado desde el cosmódromo centroasiático de Baikonur en Kazajstán, Asia Central; con permiso de encargarse de las comunicaciones de la nave rusa y ocasionalmente transformándose en camarero y cocinero. Tras nueve minutos de viaje la nave Soyuz-palabra que significa ‘unión’ en ruso-alcanzó la órbita desde la cual empezaría a perseguir a la Estación Espacial Internacional, Tito a la edad de sesenta años se sentía pletórico.

Los sinsabores y recelos sobre la presencia de un civil 'outsider' en el espacio no se limitaron a la partida. El recibimiento en la estación fue conflictivo al igual que lo fue la misma maniobra de atraque de la Soyuz entorpecida por inesperadas fallas en los computadores de la ISS. El daño durante la maniobra de atraque a la escotilla principal de observación de que dispondría Tito en la nave fue dada por cierta a través de algunos canales de televisión en Latinoamérica. Sus movimientos a bordo fueron rígidamente restringidos por la tripulación estadounidense, aunque más tarde se flexibilizaron.

El viaje terminó el seis de Mayo, ocurriendo un solo fallo de importancia, el daño causado en una ventana del módulo Destiny, por los cohetes de corrección del Soyuz al ir a acoplarse al puerto de módulo Zarya, que tenía que haber sido bloqueada por los astronautas residentes en la ISS, pero parece ser que entretenidos en la filmación de imágenes de la aproximación y con la emoción del momento olvidaron esa tarea.

El descenso concluyó poco más de tres horas después de haberse separado de la ISS, sus compañeros Talgat Musabayev y Yuri Baturin salieron por su propio pie del módulo de descenso, pero Tito tuvo que ser sacado, cuando recobró el aliento dijo: “Acabo de volver del paraíso”. Con sesenta años de edad, se convirtió en la segunda persona más vieja en llegar al espacio, solo superado por John Glenn.

Con ese viaje, las autoridades Rusas cumplieron dos objetivos: sustituir la nave Soyuz TM-31, que tiene que estar en la ISS para ser usada en caso de emergencia por los tripulantes de la estación y cumplir su compromiso con Tito, que tras su exitosa permanencia de 8 días, se convirtió en la persona 403 en viajar al espacio.

Este dos veces divorciado y padre de un par de hijos, actualmente es un activo empresario y destacado integrante de organizaciones comunitarias, con un patrimonio superior a los 200 millones de dólares; no dejando ninguna duda de su éxito, pues este pionero ha sido emulado por otros cuatro turistas espaciales: Mark Shuttleworth (Sudafrica), Gregory Olsen (Estados Unidos), Anousheh Ansari (Estados Unidos) y Charles Simonyi (Hungría).
Nota: El día de hoy (viernes 24 de octubre de 2008), después de viajar por el espacio en la cápsula Soyuz TMA-12, regresó con gran éxito, aterrizando en Kazajstán, el turista espacial estadounidense Richard Garriot, diseñador de juegos de computadora, que pagó 30 millones de dólares por una estancia de 10 días en la estación orbital. Como dato curioso fue recibido por su padre, Owen Garriott, astronauta retirado de la NASA.