lunes, 20 de noviembre de 2017

III 45 San Felipe de PORTOBELO: Contrabandistas, Corsarios y Bucaneros.



“Ve y dile a tu rey-Jorge II- que lo mismo le haré, si a lo mismo se atreve” dijo-en abril de 1731-el capitán español Julio León Fandiño al cortar la oreja al contrabandista ingles Robert Jenkins, quien repitió estas palabras, al comparecer en 1738, con la apéndice amputada en la mano, ante la Cámara de los Comunes, que sancionó este incidente como una ofensa al honor nacional y claro casus belli-expresión latina traducible como “motivo de guerra”-por lo que en octubre de 1739, el Reino de Gran Bretaña declara al Reino de España, la guerra conocida con el curioso nombre de la “Guerra de la Oreja de Jenkins”, conflicto en que se enfrentaron en el área del Caribe, las flotas y tropas coloniales de ambas potencias, desde 1739 hasta 1748.

La captura y destrucción de Portobelo-21 de noviembre de 1739-fue la primera acción de importancia de la Guerra de la Oreja de Jenkins, protagonizada por el almirante Edward Vernon, que replegado en Port Royal, Jamaica, tenía como objetivos principales los tres puertos principales de Nueva Granada-Portobelo, La Guaira y Cartagena de Indias-.Al mando de seis naves invadió el centro de exportación de plata del Virreinato de Nueva Granada, desde donde partía la flota de Indias cargada con las riquezas de Perú rumbo a España; con éxito enorme magnificado por la naciente prensa inglesa.

La lucha duró apenas dos horas; los mismos británicos se sorprendieron de la facilidad de la victoria. Los barcos entraron en el puerto desde donde cañonearon el fuerte Todofierro-situado junto al puerto-hasta destrozarlo; después el fuerte Santiago de la Gloria, cuyos disparos quedaron cortos y por último el fuerte San Jerónimo, que no lanzó un solo tiro por tener los cañones desmontados.
Vernon ordeno la destrucción sistemática de la ciudad, labor que se prolongó de forma impune durante meses, hasta demoler los tres castillos hasta los cimientos, desmontar y arrojar los cañones al mar y destruir los baluartes que había junto al río Chagres. Tras esto, los buques ingleses levaron anclas y regresaron victoriosos a Jamaica.

La Bahía y puerto natural fue descubierta por Cristóbal Colón en su cuarto viaje, efectuado a bordo de la Santa María, el 2 de noviembre de 1502, Su ambiente natural, la seguridad que ofrecía y la inigualable belleza hizo que el almirante genovés la bautizara con el nombre de Porto Bello.

No fue sino hasta finales del siglo XVI que los españoles la utilizaron como asentamiento poblacional. La ciudad de Portobelo fue fundada el 20 de marzo de 1597 por Francisco Velarde y Mercado en reemplazo de la ciudad de Nombre de Dios, su nombre original fue San Felipe de Portobelo en honor de Felipe II, rey de España.

El asentamiento poblacional de Portobelo se convirtió en una de las grandes ciudades de tierra firme durante la época colonial; Portobelo durante doscientos años fue considerada “la llave de los mares” por constituir uno de los centros mercantiles más importantes del mundo. Fue una de las poblaciones más importantes de América durante la época colonial y puerto por el que, entre los siglos XVI y XVIII, pasó la mayoría de las riquezas que España embarcó hacia Europa procedentes de la actual América del Sur-plata de Nueva Granada y oro del Perú y del Ecuador-.En Portobelo se encontraba la gran negrería-lugar donde se compraban los negros para trabajos forzados-.


Debido a la acumulación de mercancías y metales preciosos, Portobelo estuvo fortificada desde el principio. Hablar de Portobelo es remontarse al tiempo de corsarios y bucaneros que intentaron en varias ocasiones su saqueo, pues veían en ese tipo de vida mayor oportunidad de riqueza y diversión, naciendo la Edad de Oro de la piratería cuyo capítulo más característico corresponde al desarrollado en el Caribe, relacionado con la historia de la presencia española en América.


Los ladrones del mar, piratas enemigos del comercio marítimo, que atacaban por afán de lucro, sin importar la bandera del navío apresado, unos fueron conocidos como corsarios, por navegar a las ordenes de un rey, recibiendo un documento llamado “Letter of Marque”-Patente de Corso-, para causar bajas en las riquezas comerciales de las potencias enemigas, destinando una parte del botín para el soberano que otorgaba dicha patente o permiso.

También se les llamó bucaneros, ya que en el siglo XVII los aventureros europeos-sobre todo colonos franceses-que ocuparon la parte despoblada de la isla La Española y que se dedicaban a proveer carne salada y ahumada a los navíos de contrabandistas, usaban en el proceso de ahumado, un lugar denominado bucán-que era una parrilla de troncos verdes, llamada barbacoa-, teniendo como base principal de operaciones la Isla Tortuga-al noroeste del actual Haití-.

Las naves corsarias de los siglos XVI y XVII-época de mayor auge de la piratería en las aguas americanas-tenían la ventaja de ser más alargados y tener menos cubiertas, lo que les daba gran velocidad y les permitía maniobras más sofisticadas, en tanto que las carabelas españolas, que tenían agrandados los costados, para que tuvieran mayor capacidad de almacén, sacrificaban su velocidad y capacidad de maniobra.

Aparte del contrabando, seguía habiendo barcos británicos dedicados a la piratería. Buena parte del continuo hostigamiento de la Flota de Indias recaía sobre la tradicional acción de corsarios ingleses en el Mar Caribe, como William Parker, Francis Drake y Henry Morgan, entre otros, que particularmente llevaron saqueo, violaciones, torturas y asesinatos a Portobelo, que fue atacada siete veces por piratas reconocidos.

El comerciante de esclavos y saqueador inglés Sir Francis Drake, mejor conocido como pionero de los corsarios, atacó Portobelo en 1799, lo que le costó la vida, ya que muere en 1596, a manos del almirante asturiano Méndez de Cancio-los ingleses suelen decir que murió de disentería-Drake, había nacido en 1540 en Devonshire, actual Reino Unido, se hizo navegante-a los 13 años-y explorador bajo la tutela de su tío, el capitán John Hawkins-famoso corsario y navegante de su tiempo-. En 1572 dirigió una expedición contra los puertos españoles del Caribe. En 1580 arribó a Inglaterra donde fue recibido triunfalmente y aclamado como el primer inglés que había circunnavegado el mundo. Recibió el título de Sir de manos de la reina Isabel I, fue alcalde y miembro del Parlamento. Con una flota de 25 barcos, se apoderó de Santo Domingo en 1585.

En febrero de 1601 Portobelo fue saqueado e incendiado a por el bucanero inglés Sir William Parker, ya antes, en 1597 y 1600, había saqueado la villa de Campeche. Parker, perteneciente a la aristocracia de Plymouth, se había iniciado en la navegación en 1587 durante la invasión de Cádiz por la flota de Francis Drake; en 1590 operaba en las Indias Occidentales, atacando en 1594 y 95 Puerto Caballos-hoy Puerto Cortés-en Honduras (llamado así porque en 1526 Cortés perdió 17 caballos y estuvo apunto de naufragar). Parker muere en Java, ya con el cargo de Vicealmirante, en 1617.

Uno de los más célebres piratas, el galés Henry Morgan, nacido en 1635 en el seno de una familia de tradición militar, a los 19 años se embarcó como subalterno en la desastrosa expedición del Western Design-compuesta por 18 navíos de guerra y 20 de transporte, bajo el mando del almirante William Penn-quedándose en Jamaica. Fue azote de Campeche y Centro América; asaltó Puerto Príncipe, Maracaibo y Portobelo en 1671, al mando de una flota de barcos y 450 corsarios, destruyéndolo todo en esta última población. Fue nombrado Sir por el Rey de Inglaterra y fungió como Teniente Gobernador en Jamaica, vivió sus últimos años al frente de una plantación, alternando con lo mejor de sociedad jamaiquina; muere de hidropesía en 1688 en Port Royal en 1688.



La Guerra de la Oreja de Jenkins se extendió por mas de ocho años a San Luis de Bocachica, Cartagena de Indias, Santiago de Cuba, Panamá, Bloody Marsh-pantano sangriento-, Louisbourg-fortaleza situada en la isla de Cape Breton, actual Nueva Escocia-, Bahamas y la Habana. Aunque el resultado de la guerra es una victoria española-que culmina con el Tratado de Aquisgrán, en el que se asegura la preponderancia española en el Atlántico hasta fines del siglo XVIII-, Portobelo no recuperaría jamás su importancia anterior, ya que la ruta de la Flota de Indias se modificó tras el ataque de Vernon, cuando los cargamentos procedentes de Perú se dirigieron directamente a las actuales Colombia y Venezuela, sin recalar en Panamá.

Portobelo es hoy un pequeño pueblo de aproximadamente 2,820 habitantes, localizado en la costa norte del Istmo de Panamá, unos 50 kilómetros al noreste de la ciudad de Colón, limita al norte con el Mar Caribe y al sur con la provincia de Panamá. Se puede llegar a través del mar o por vía terrestre, siguiendo la avenida transístmíca, a una distancia de 49 kilómetros desde la ciudad de Colón y 105 kilómetros desde la ciudad de Panamá, solo se encontraran las ruinas de su esplendoroso pasado.

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